‘Yo apoyo’ fue el lema del plantón en rechazo a políticas del Ministerio de Educación por modificar manuales de convivencia de los colegios

Con frases como ‘Yo apoyo el derecho a la familia para orientar la identidad sexual de sus hijos’ y ‘Yo apoyo el enseñar igualdad pero sin quitar la orientación sexual de los niños y niñas’, se llevó a cabo ayer, frente a la alcaldía, el plantón donde cientos de sangileños y delegaciones de otros municipios manifestaron su desacuerdo con la política que, en palabras de ellos, quiere imponer a los colegios el Ministerio de Educación para reformar los manuales de convivencia. La manifestación fue liderada por la Diócesis de Socorro y San Gil y algunos docentes y padres de familia. El director de la pastoral social, padre Luis Alberto Rivera Hernández, dijo que la marcha no era en contra de la ministra Gina Parody ni de comunidad Lgbti, sino a favor de los derechos de los menores y de los padres como principales educadores de sus hijos.

Uno de los líderes del plantón, Edgardo Palacios, manifestó que las familias allí presentes fueron a pronunciarse y a proclamar que están en el rescate de los derechos y orientación familiar hacia los hijos, fomentando siempre el respeto hacia todas las personas. Según él, a todos les preocupa que se quiera imponer una ideología de género en los colegios a través de los manuales de convivencia, que hasta hace poco los planteles tenían la autonomía de plantear y reformar. Al igual que el presbítero Rivera Hernández, dijo que no están en contra de nadie pero que sí piden que se siga garantizando el derecho a la educación libre que tienen los papás y las mamás para con sus hijos.

Isabel Sarmiento Angarita fue una de las asistentes y expresó que como madre, abuela y docente le inquieta que con estas nuevas leyes no se esté respetando la creación divina y los valores de la familia, por eso hizo un llamado a la unión para apoyar a la Iglesia que promovía esta labor en favor del fortalecimiento de los vínculos y derechos familiares. Enfatizó que los niños son inocentes y se les puede confundir con la doctrina de género en los planteles educativos. A los niños se les debe hablar y enseñar a decir no a todo aquello que los pueda perjudicar.