La Cometa

La primera acepción de cometa que da el Diccionario de la RAE dice: “Astro generalmente formado por un núcleo poco denso y una atmósfera luminosa que envuelve, precediéndolo o siguiéndolo, según su posición respecto del Sol, y que describe una órbita muy excéntrica”. La maravilla de la retórica permite descubrir los hondos significados que lleva un nombre, pues alcanzan a revelar, en una palabra, los más sorprendentes sentidos que le imprimen, a través del tiempo, un sello trascendente a una entidad que como La Cometa, ha cumplido con tanto amor su misión y su visión en pro de una colectividad que tanto simboliza para Santander y el país. San Gil es la capital turística del Departamento y cuna de formidables seres humanos que han trascendido en todas las esferas de la cultura y el desarrollo económico y social de Colombia. Esa atmósfera luminosa ha llegado a todos los escenarios del mundo y en su círculo generoso está, para citar un caso emblemático, el tantas veces olvidado, como citado, Pedro Fermín de Vargas, el primer gran economista de América.

Pero los recuerdos empiezan a surgir. La titánica labor de La Cometa, sus 25 años de servicio a la comunidad, los cientos de voces que han surcado estas ondas hertzianas se han propagado por los rincones de la capital guanentina, y han llevado mensajes de esperanza y alegría a los habitantes del sur de Santander. En ese lugar se han forjado cientos de pequeños y grandes comunicadores, allí han estado personas de todos los talantes, sus micrófonos han sido voceros de las veredas, los campos y la sociedad santandereana, y sus programas son un caudal de testimonios de la Provincia de Guanentá. Todo ha sido hecho con donaire y con desinterés, con vocación de servicio y con una lucidez social intensa y humana.

Así, para sus fundadores, sus tantos colaboradores y quienes hoy llevan la batuta va un agradecido saludo, van estas palabras que encarnan, con seguridad, lo que piensan los sangileños, y muchos ciudadanos de otros municipios, que saben cuánto se han destacado estas frecuencias comunitarias, un ejemplo de asistencia que se debe conservar para promover la educación, la participación y la ciudadanía de San Gil.

Por Luis Fernando García Núñez