Los bloqueos

Es curiosa la reacción que producen los bloqueos. Sobre todo cierta clase de ellos. Los que son sinónimo de aislamiento, de incomunicación, de asedio. Y es que eso son: Un asedio a una población que necesita movilizarse para vivir. No es solo la libertad de movimiento, sino el derecho inalienable a la vida, a la salud, a la educación, al trabajo. Cualquiera división en este punto viola principios universales consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No se necesita un vasto conocimiento jurídico para saber que los bloqueos alteran el desarrollo de la comunidad y la conducen a pavorosas tragedias. Casi siempre los bloqueos los realizan los poderosos que de mala fe certifican, con esa actitud, que tienen la forma de coartar los principios fundamentales de la convivencia. Lo han hecho siempre, desde tiempos inmemoriales, y tienen armas muy fuertes para hacerlo. No otra cosa vivió Cartagena durante aquel terrible sitio en el que murieron miles de personas, más de 100 días, en 1815, durante los cuales los chapetones bloquearon salidas y entradas al más importante puerto de la Nueva Granada.

Otros asedios se han trasladado a estos tiempos en que países poderosos y colonialistas, como entonces, bloquean pueblos enteros, sin importar cuántas personas mueran o sufran durante eternos aislamientos en los que, con sevicia e hipocresía manifiesta, hablan de libertad, de democracia, de justicia. La civilizada Europa lo ha hecho en muchas ocasiones o el hegemónico Estados Unidos, contra países pequeños o grupos religiosos o políticos que no sean afines a sus ideologías. Guerras sin fin empiezan con eternos e injustos bloqueos que se convierten en verdaderas o aterradoras tragedias humanas. Aquí viene otro ejemplo, los ilegales bloqueos en el Congreso a reformas para favorecer al pueblo son una vergüenza histórica. Y luego la copia no se hace esperar y cunden los cierres de fronteras, la tragedia de los migrantes, la trata de personas, los muros, las balas, los campamentos para migrantes… Y esa imagen se traslada a ciudades y pueblos cuando los bloqueos se convierten en el único instrumento para exigir los derechos que les son expoliados, aunque estos bloqueos son reprimidos y deshonrados.

Plutarco decía que “La principal ventaja de la justicia y de la buena fe, es hacer inútil la fuerza”; agregar además que, según Chateaubriand, “La justicia es el pan del pueblo: siempre está hambriento de ella”. ¡Siempre!

Por: Luis Fernando García Núñez