Aeropuerto los Pozos obtiene certificación oficial

El Aeropuerto Los Pozos de San Gil ha obtenido oficialmente su certificación de identificación, un requisito clave para su operatividad plena y la llegada de aerolíneas. Con este reconocimiento, el terminal aéreo ahora cuenta con un código designado a nivel internacional, lo que facilita su inclusión en sistemas de navegación aérea y su visibilidad en plataformas de aviación.

El alcalde de San Gil, Edgar Orlando Pinzón, destacó que esta certificación es un paso fundamental para fortalecer la conectividad aérea del municipio y permitir la operación de aerolíneas comerciales. Si bien cualquier compañía podría utilizar la terminal, el enfoque principal sigue siendo la llegada de Satena, aerolínea estatal que ofrecería tarifas accesibles para los habitantes del sur de Santander y la provincia guanentina.

Además de la certificación, se están gestionando otros requisitos técnicos, como la tala de árboles en la periferia del aeropuerto para garantizar el cono de visualización exigido por las autoridades aeronáuticas. Este proceso, que requiere permisos ambientales y acuerdos con propietarios de predios aledaños, es clave para permitir la operación segura de aeronaves.

Otro avance significativo es la consolidación de acuerdos con una empresa para el suministro de combustible, un elemento esencial para la operación de vuelos comerciales. Se están definiendo aspectos logísticos, como la instalación de equipos de seguridad, incluidos sistemas de extinción de incendios, para garantizar que la infraestructura cumpla con los estándares necesarios.

En paralelo, la administración municipal trabaja en el modelo de concesión del aeropuerto, ya que, según lo determinado por el Concejo de San Gil, la operación de la terminal no será asumida directamente por la alcaldía. Mientras se avanza en este proceso, el municipio sigue asumiendo los costos operativos, con la expectativa de que, una vez adjudicada la concesión, se garantice la sostenibilidad y crecimiento del aeropuerto.

Escrito por: Daniel Díaz Ardila