Ciudadanía desde el aula

En este espacio se ha citado el artículo 98 de la Constitución Política que dice, en su único parágrafo, que “Mientras la ley no decida otra edad, la ciudadanía se ejercerá a partir de los dieciocho años”. Y este principio tiene una importancia esencial para la construcción armoniosa del país. Significa, entre otras ideas, que es indispensable formar a los niños y jóvenes en su condición de ciudadanos, un término que pocos ejercen con la dignidad que se debe, porque los mayores no lo han hecho con la claridad y honradez que deberían para dar ejemplo. No se ha educado para ejercer esa importante condición: La razón de la idea de Nación. A los niños se les debe enseñar cuáles son sus derechos y cuáles sus deberes, inculcarles los principios fundamentales de la soberanía, del respeto por el otro, de la tolerancia y la libertad. Para eso está, por ejemplo, el gobierno escolar, porque desde allí aprenden a ejercer sus derechos a votar y a ser elegidos, y a comprender el nivel de sus responsabilidades como miembros de la comunidad.

El aula es, además, el epicentro vital de la vida en sociedad -que no se queda en la familia, sino la amplía y proyecta hacia la idea de Nación-. Niños y niñas deben conocer sus derechos y sus deberes, saber que el país tiene una Carta que ampara a todos los colombianos y defiende a niños, jóvenes y adultos, y propugna por la paz, el respeto a las diferencias y las libertades, la justicia, la educación, la salud, el trabajo. También en el aula se van conociendo los efectos destructores cometidos contra el medio ambiente y que han llevado a la Tierra a vivir estos desoladores cambios climáticos, a ver los océanos y los ríos llenos de basura y ver las inundaciones, los incendios y las catástrofes que se producen por no ser respetuosos con la fauna y la flora, por no tratar en forma adecuada las basuras, por botar en cualquier parte plásticos y otros desechos. Por no cumplir los deberes ciudadanos.

“El aula de clase: Un laboratorio vital para sentir la ciudadanía”, es uno de esos espléndidos proyectos que trabaja La Cometa, en San Gil, que se convierte en un ejemplo de construcción de país y que se requiere con urgencia. ¡Son 25 años de La Cometa al servicio de la ciudadanía!

Por Luis Fernando García Núñez