Demuelen viviendas en San Gil

La Alcaldía de San Gil demolió siete viviendas en ruinas en el barrio El Vergel. La acción se llevó a cabo luego de que el alcalde, Edgar Orlando Pinzón, fuera sancionado por desacato al no tomar medidas para mitigar los riesgos en la zona. La sanción, impuesta por el Juzgado Segundo Administrativo del Circuito de San Gil y ratificada por el Tribunal Administrativo de Santander, ascendió a $11 millones 388 mil, equivalentes a ocho salarios mínimos mensuales.

La demolición ocurrió 20 días después de conocerse la sanción. Luis Carlos Buitrago, secretario de Infraestructura, explicó que el procedimiento requería trámites jurídicos previos para garantizar que no se afectara a ninguna persona. Seis viviendas estaban deshabitadas, mientras que una era ocupada por un habitante de calle, quien fue reubicado por las autoridades locales. El funcionario señaló que el objetivo es evitar que el sitio sea utilizado para actividades ilícitas.

El proceso legal comenzó en 2024, cuando un fallo judicial ordenó la inspección de los inmuebles y la implementación de medidas preventivas. El estudio técnico determinó que la demolición era la mejor opción para evitar el colapso de las estructuras. Sin embargo, el municipio no cumplió con los plazos establecidos. La sentencia indicaba que la demolición debía hacerse en un máximo de cinco días tras el desalojo, pero esto no ocurrió.

Buitrago informó que tras la demolición se instalará un cerramiento con malla o material resistente. Los habitantes denunciaban que las estructuras abandonadas se habían convertido en un foco de inseguridad, facilitando el consumo de drogas y otras actividades delictivas. La administración municipal busca evitar que el terreno vuelva a representar un problema para la comunidad.

El procedimiento se llevó a cabo un día después de que el alcalde declarara que asumiría el pago de la sanción con recursos propios. Aunque la demolición tardó más de lo establecido, con esta medida se atiende una exigencia de la comunidad. Ahora, los residentes esperan que el cerramiento y otras acciones mejoren la seguridad en la zona.

Escrito por: Daniel Díaz Ardila