En Valle de San José habló diputado santandereano sobre situación de plantas de sacrificio

Ante el cierre de la planta de sacrifico del municipio de Valle de San José por orden judicial, el gremio de los peseros se ha visto afectado porque no tiene cómo sacrificar y proveer a los ciudadanos de los productos cárnicos. Ante esta situación, el diputado Oscar Sanmiguel Rodríguez expresó que el panorama es preocupante porque la situación que viven los lugares de sacrificio animal es grave, ya que los decretos 1500 de 2007, 2270 de 2012 y 034 de 2010 pusieron en jaque toda la cadena de producción de la carne en Santander, pues se ordena a los municipios que deben cerrar los mataderos porque éstos no cumplen con las normas ambientales y de salubridad que demanda la ley, además de que el Plan Gradual reglamentó que se deben construir cinco plantas regionales en el departamento para que abastezcan a todos los municipios, pero hasta el momento sólo hay una de éstas y las demás no se han empezado a construir. Dando cumplimiento cabal a todo lo reglamentado, los expendedores del Valle tendrían que sacrificar en otra localidad, lo que aumentaría el costo del producto, el cual muy seguramente no estará dispuesto a pagar el consumidor, afirmó el asambleísta.

Por el momento se está esperando el fallo de un juez ante la acción de tutela que se instauró por el cierre de la planta del municipio de San Vicente de Chucurí, así lo aseguró Sanmiguel Rodríguez, quien agregó que si la determinación del ente judicial permite la apertura del matadero, ésta tendría que replicarse para el resto de los municipios, buscando así que reciban el mismo trato que el ya mencionado. Asimismo, dijo que la comunidad está esperando ser escuchada por el Gobierno Nacional, los Ministerios de Agricultura y Trabajo y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, con el fin de llegar a un acuerdo que permita modificar los decretos ya nombrados, en especial el 1500 o que conceda prórrogas a las municipalidades, y que se discuta la posibilidad de que cada población cuente con su planta de autoconsumo, pues para algunas sería complicado trasladarse hasta las capitales provinciales para sacrificar el ganado.