Los viejos
Escrito por editorgeneral el 12 agosto, 2024
Vida y vejez. El paso de los años lleva un sello imborrable que muchos no comprenden. Todos los seres vivos pasan por este final, si no son víctimas, en ese recorrido, de la muerte que se atraviesa, de repente, y sella en forma definitiva ese tránsito normal. Enfermedades de toda clase, tragedias, desesperación y guerras monstruosas van segando la vida de miles, millones de seres que podrían vivir más si la codicia de unos pocos no se atravesara para ponerle fin a esto que llaman la vida. El autor dramático y poeta lírico alemán Federico Hebbel decía “Si quieres saber lo que es la vida, pregúntate a ti mismo lo que es la muerte”, como para columbrar los sentidos que se transforman todos los días, para demostrar que la inteligencia ha sido dada para fortalecer la permanencia sobre el planeta. Los viejos van cerrando, poco a poco, ese trasegar que infortunadamente para muchos no es el mejor porque la ambición y el egoísmo se atraviesan para someterlos, con frecuencia, al hambre y la soledad.
Los viejos, sin embargo, están ahí sometidos al desastre. Algunos poderosos tienen todas las comodidades de la modernidad, y disfrutan de sus fortunas, aunque a veces en su infinita avaricia desconocen la esencia de la vida y solo ayudan a que los odios humanos se acrecenten y destruyan los caminos del decoro. Otros más humanos siguen su trayectoria y construyen, crean y fortalecen las razones gratas de estar con vida. Pero muchos deben soportar las angustias del dolor, el hambre, la soledad, la enfermedad y el desarraigo. Muchos están en las calles esperando el final sin más fortuna que su miseria. Muchos de ellos viven en la absoluta pobreza y son despreciados, incluso por sus hijos, que les han quitado todo y los han dejado en la pobreza. Muchos esperan ansiosamente las ayudas del Estado sino se atraviesan la mezquindad y la perfidia de quienes todo lo poseen. Pero los viejos, sin quererlo y sin decirlo, llevan en su infinita y desconocida sabiduría los apellidos de quienes los desechan y los humillan.
Cicerón decía que “El viejo no puede hacer lo que hace el joven; pero lo que hace es mejor”. Sí, los años pasan, pero todos seguirán buscando el saber y los consejos de los viejos. ¡Los viejos están ahí!
Por: Luis Fernando García Núñez