Patrimonio
Escrito por editorgeneral el 5 marzo, 2023
El patrimonio es el conjunto de bienes de una nación, acumulado a lo largo de los siglos y que deben ser objeto de protección especial por la legislación, como dice el Diccionario de la Academia. Pero el sentido, sin duda, va más allá de esta acepción. Para la historia de ciudades como San Gil existen notables circunstancias por las cuales es indispensable que los ciudadanos y las autoridades asuman una responsabilidad activa sobre el patrimonio, por lo que él significa y por las circunstancias que lo rodean. Algunos elementos sustanciales revelan que la construcción de una cultura de la protección de los bienes históricos que rodean una ciudad tiene que ver, entre otros, con el reconocimiento de la tradición con la cual se ha forjado el sentido de pertenencia, con el respeto por los símbolos que se han construido como el de la sangilinidad o la santandereanidad. En ese punto es necesario que se vean los bienes muebles e inmuebles como una memoria que trasciende el tiempo.
Conservar un portón o un balcón, una casa o una estatua o una calle, es rendir un homenaje a quienes han tenido el valor y la conciencia de cimentar el destino de una ciudad o de un monumento. Recordar, por tanto, es rendir admiración y respeto por quienes en el pasado supieron forjar una comunidad para admirar y apreciar. El Gallineral, por citar un ejemplo, es la suma de varios patrimonios que tiene San Gil y que se extiende al departamento de Santander y a Colombia. Los nombres de personajes extraordinarios recuerdan los orígenes de la nación y de la república. Esos precursores supieron luchar por la consolidación de la cultura y la dignidad de un pueblo soberano, libre, creativo, trabajador. Y los visitantes buscan en esas raíces otras líneas que demuestren como se tejen los destinos de los pueblos.
Desconocer y destruir el pasado, y dejar a las sociedades en la incertidumbre de sus orígenes, es también propiciar el abandono y profundizar la ignorancia y el desarraigo de los pueblos, es destruir la fuente natural más importante de la nacionalidad. Antonio Maura decía que “La patria no existe sin el amor de sus hijos”. Así, que bienvenidos los Vigías del Patrimonio, ellos serán guías indispensables y consejeros muy oportunos.
Por Luis Fernando García Núñez