27 años

No son muchos los años que cumple La Cometa. En los matrimonios se diría que son la bodas de azabache, un mineral que se considera protector contra todo mal. Así, el matrimonio de esta emisora comunitaria con los habitantes de San Gil, está espléndidamente representado en este aniversario porque ha habido una dinámica relación durante la cual se han construido, además de ciudadanía, los principios fundacionales de la comunión entre la sociedad y el desarrollo armónico de la capital guanentina. Además, sin duda, la fortaleza que han tenido sus hijos para enfrentar algunas de las dificultades que se presentan en la construcción de su destino. Ha sabido La Cometa, con singular esplendor, forjar ese sentimiento de sangileñidad y de santandereanidad que se requiere para darle significado a esta ciudad, patrimonio de la República y capital turística de Santander. Es el impulso vital de la cuna inmortal de hombres y mujeres valiosos que han ido por el mundo como astros que destacan sus talentos pródigos de sentimientos con la patria chica.

La Cometa ha realizado una magnífica tarea. Además de informar y alegrar los días ha, sobre todo, educado a una pléyade de jóvenes que con el pasar de los años han llegado a cargos de especial significado. Aquí han aprendido y superado a sus maestros, en estos estudios han comprendido la importancia que tiene el conocimiento, la necesidad de comunicar y entregar a los sangileños, y a sus vecinos, las voces y las músicas, las noticias, buenas y malas, las ideas de progreso y la sabiduría que comunican los viejos, la alegría de los niños y los jóvenes, la dedicación de maestros y maestras, la fe de sus directivos y fundadores, la honradez que tanto se requiere para que una sociedad coseche paz, dignidad y justicia. Son 27 años de trascender y promover una forma de vida más armoniosa, de comprender los avances, de hacerlos notar y de inducir a una comunicación más asertiva y humana. Estos años han renovado ese espíritu colectivo que La Cometa le ha estampado a su labor y que ha sido reconocida en el país, y necesita de un ferviente impulso en los días que vienen.

En Proverbios 4:10-11 se dice “Oye, hijo mío, y recibe mis palabras, y se multiplicarán los años de tu vida. Que te enseño el camino de la sabiduría y te encamino por el recto sendero”. ¡Así sea!

Por: Luis Fernando García Núñez