Los sueños

Decía Tennyson “Verdad son los sueños mientras duran; pero ¿qué es vivir sino soñar?” Por eso recordar lo que se sueña es otra audaz tentativa que los expertos consideran vital para reforzar la memoria y la esplendidez de la vida. Pero quizás sea en la memoria donde tienen más fuerzas esas fantasías, esas quimeras que se van fortaleciendo al pasar de los días y de los años…, cuántos sueños están atados a la vida y a las luchas de los seres humanos. Quimeras se ha dicho, que se traducen en los ideales de una sociedad que busca, a cada instante, renovar la conciencia de los ciudadanos y de promover, en cada corazón, el ideal de la vida, de la plenitud y de la paz. Razones para compartir en torno a los principios vitales, y a la justicia y la libertad para que el mundo pueda seguir su camino sin los tropiezos del dolor y la incertidumbre.

Estas líneas apenas esbozan una dimensión de la inmensa capacidad de soñar que tienen los humanos, aunque también sueñen otras especies, llamadas inferiores. Y un ilusión recurrente de muchos, infortunadamente no de todos, es vivir sosegadamente, sin los afanes y los misterios de quienes no desean la armonía ni la tranquilidad de la humanidad agobiada y doliente. Las guerras y los odios se empecinan en que la voracidad de unos pocos sea la medida de la civilización… la terrible medida de los poderosos que han logrado dominar la ciencia y el desarrollo a sus antojos de gobernar pueblos enteros que mejor vivirían sin gobierno, aunque suene a anarquía. Los sentimientos de los humanos han sido desbordados por la avaricia y el deseo de unos pocos que quieren tener tanto como sea posible, pasando por encima de la sociedad mundial. Ahí están registrados los tantos autócratas y los sátrapas y los codiciosos que en el mundo ha habido y hay.

Volver a Cervantes cuando decía que “El sueño es alivio de las miserias de los que las tienen despiertas”, es volver al deshonroso mundo en el que, a pesar de todas las falsedades e hipocresías, hay gentes que tienen el imperioso impulso de buscar la paz y la dignidad de todos. Cada vez son más necesarios.

Por Luis Fernando García Núñez