Improvisar
Escrito por editorgeneral el 22 enero, 2024
Este verbo tiene un solo significado, por lo tanto, su uso tiene especial interés: “Hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación”, dice el Diccionario de la Academia. Es sinónimo de repentizar y florear. Su antónimo más conocido es planear. Improvisar ha costado mucho y sigue costando, porque no solo se derrocha tiempo, sino que se pierde la confianza y se abruma a las sociedades en esos difíciles caminos de la improvisación. Infortunadamente, esto se hace con frecuencia y poco se aprende, o pocas lecciones deja a quienes tienen que tomar decisiones trascendentales en el desarrollo de las comunidades y de las familias. Se pierden esfuerzos valiosos y, como se ha dicho, la confianza fundamental en la formación de una ciudadanía empoderada y necesaria para cimentar un desarrollo democrático y coherente. Un progreso que trasmita, además, la importancia del equilibrio ambiental y de los avances técnicos que ayuden a superar las aprietos que viven los habitantes del mundo.
Esa improvisación se extiende también a los hogares y a los individuos. Pocos planean su futuro y se enfrentan, con frecuencia, a dificultades que habrían podido sortear si, con tiempo, se toman las medidas requeridas. Ahorrar, por citar un ejemplo, sería un paso para evitar que los días por venir sean difíciles en situaciones que se salen de la mano. Colombia está entre los países del mundo que menos ahorran, solo cuatro de cada diez colombianos ahorran, y es poco lo que se ahorra. Santander es el departamento que más ha aprendido a ahorrar y la Provincia de Guanentá goza de una extraordinaria actividad cooperativa que es ejemplo para el país. Estas son experiencias que se deben fortalecer y promover. Que los jóvenes aprendan a proyectar su futuro y a reconocer el significado que tiene hacerlo, son procesos que se deben enseñar y difundir. Al mismo tiempo, las entidades oficiales y sus funcionarios deben emprender ese ejercicio que se traduce en los planes de desarrollo municipales que ayudan a precisar las acciones que se emprenderán en los cuatro años de mandato.
El historiador y escritor francés Carlos Duclos decía que “El mejor gobierno no es aquel que hace a los hombres más felices, sino aquel que hace el mayor número de personas felices”. Y esta máxima, sin duda, no solo conviene a los gobiernos sino a los hogares y a las comunidades.
Por: Luis Fernando García Núñez