Maestro

El Maestro Javier González, Vélez – Santander. (Fotografía suministrada por la familia)

Algunas palabras del español encierran ellas solas tanto valor y donaire que no necesitan de compañía ni de explicaciones. Son todo y con pocas letras dicen mucho. Una de ella, sin duda, es maestro. Su origen es latino, como el de tantas otras voces de este idioma extraordinario, el segundo que tiene más hablantes nativos en el mundo, después del chino mandarín. La lengua en que escribió Cervantes y García Márquez y otros genios formidables de las letras universales. El Diccionario de la Academia dice que es “Dicho de una persona o de una obra: De mérito relevante entre las de su clase”. Esta, que es la primera definición, tiene alcances profundos en estos tiempos en que faltan maestros y  maestras para hacer un mundo más amable y más humano. Tantas veces dicho y tantas olvidado, pero los maestros son esos sabios que están ahí y nunca se olvidan. Seres excepcionales que van por el mundo forjando alegrías y saberes, que permiten que los sueños sean más dulces y que la felicidad sea posible.

En estos días tristes fue despedido un singular maestro de la música en San Gil, por muchos años director de la banda y formador de cientos de grandes intérpretes de este arte inmenso y muy sonado. Él es Javier de Jesús González Cardona. Su indeleble impronta será la razón de los homenajes que tanto merecen él y todos los artistas que, casi siempre, son olvidados en ese trasegar del día tras día que deja la cultura y la vida a un lado por luchas en las que los seres humanos deberían ser más importantes. El maestro Javier fue un ejemplo extraordinario de compromiso y lealtad, de amor por la música, de dignidad y de servicio al arte… Pocas palabras alcanzan para expresar la admiración por este magnífico preceptor que con tanta fe y vocación formó a cientos de nuevos maestros. Es, pues, un homenaje a él y a sus discípulos, a su esposa y sus hijos, herederos valiosos de su arte.

Monseñor Félix Antoine Dupanloup, teólogo y pedagogo francés, decía que “Maestro es una bella palabra, la más noble quizá de todas aquellas con las cuales se designa al hombre [o mujer] que se consagra a la educación de la juventud”. Que el maestro Javier ilumine, desde los coros celestiales, esta tierra que tanto lo quiere.

Por: Luis Fernando García Núñez