Ni una más: La urgencia de frenar la violencia contra las mujeres

Cada día, tres mujeres son asesinadas en Colombia. No son solo cifras. Son vidas arrebatadas, sueños truncados, familias destruidas. Es el eco de una sociedad que aún permite que la violencia de género sea una constante, mientras el silencio y la impunidad siguen pesando más que la justicia.

El reciente feminicidio de Stefania Perdomo, una madre de cinco hijos en Floridablanca, es un grito desesperado que exige ser escuchado. Ella, como tantas otras, decidió alejarse de una relación que ya no le daba seguridad. Buscaba una nueva oportunidad para ella y sus hijos, pero su historia terminó con el mismo desenlace que otras cientos de mujeres en el país: asesinada por quien juró amarla.

La indignación se enciende con cada caso, pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo? No basta con conmovernos ni con lamentarnos en redes sociales. No podemos seguir permitiendo que las mujeres en Colombia vivan con miedo. Se necesitan acciones reales que vayan más allá de cifras y discursos vacíos.

Es urgente fortalecer las medidas de prevención, garantizar una protección efectiva para quienes denuncian y, sobre todo, educar desde la raíz. El cambio no empieza solo con leyes más severas, sino con una transformación cultural que enseñe que el amor no se demuestra con control, celos o violencia, sino con respeto.

Cada feminicidio es una historia que se apaga, pero también un llamado a no normalizar la violencia. La vida de una mujer nunca debería depender de la voluntad de su agresor ni de la indiferencia de una sociedad que mira hacia otro lado.

Es momento de alzar la voz, de exigir justicia y de trabajar juntos para que ninguna mujer más tenga que ser recordada como una cifra. Porque ellas no son números. Eran hijas, madres, amigas. Eran vida.

Por: Alisson Wandurraga