Los consejos
Escrito por editorgeneral el 13 octubre, 2024
Pocos consejos se siguen con el esmero que deberían seguirse. Por fortuna, porque muchos no son tan buenos ni sugestivos como para seguirlos con la prudencia que se exige. La historia humana lo admite, aunque muchos consejos se dan sin interés y con ciertaDar y recibir consejos es una parte esencial de nuestras relaciones, pero no siempre es fácil saber cuándo seguirlos. responsabilidad, algunos se procuran según los intereses del consejero, según sus criterios y sus principios. Las argucias usadas no son siempre leales, ni interpretan las dificultades de quienes quieren ser aconsejados. Confucio decía que “no hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible”, como casi siempre sucede. Ponerse en los zapatos del otro es difícil, por mucho que se le conozca, y los reproches y las burlas se vuelven suspicacia e inseguridad. Dar consejos es difícil y se requiere de cierta cordura para darlos. Cordura que depende, en buena medida, del otro, de su honestidad, de su independencia, de su amor. En política el mejor consejo posible es no seguir consejos. No es prudente seguirlos.
“Siempre me fue bien cuando no seguí más que mi parecer; empecé a creer en mis consejeros, y perdí mi reputación y mi gloria”, dijo Napoleón. Y ahí está dicho todo. El oportunismo, la envidia, el desprecio, la perfidia se notan en muchos de esos consejos, sobre todo en los no pedidos, en los que se dan porque es una forma de despreciar y alterar los rumbos promovidos, los cambios sugeridos, la justicia y los derechos propuestos. Y, quizás también, como decía el escritor francés Francisco de La Rochefoucauld, “los viejos se complacen en dar buenos consejos, para consolarse de no poder dar malos ejemplos”. En este campo los intereses abundan, y no producen seguridad, como se dijo, aquellos que todos los días sugieren consejos y proclaman a los vientos su independencia y su honorabilidad, y su amable desprendimiento. De ellos, casi sin duda, se debe huir, producen miedo. La Biblia dice que hay que buscar todos los consejos posibles para tener éxito, pero la experiencia dice lo contrario y por eso la Iglesia no sigue consejos, aunque todos los días los da. La prudencia es más precisa y mejor amiga de la humanidad.
Y en contravía de lo dicho va esto: “Pide el parecer a los dos tiempos: al antiguo, sobre lo que es mejor; al reciente sobre lo que es más adecuado”, según Francis Bacon. ¡Apenas, la primera lección!
Por: Luis Fernando García Núñez