Reforma al sistema de salud en Colombia: cambios, retos y perspectivas

La reciente aprobación en segundo debate de la reforma a la salud en la Cámara de Representantes marca un punto de inflexión en el sistema sanitario colombiano. Impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro, esta iniciativa busca corregir las deficiencias del modelo actual y redefinir el papel de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) en beneficio de los ciudadanos.

Uno de los cambios más significativos es la transformación de las EPS en Gestoras de Salud y Vida. Estas nuevas entidades tendrán un enfoque en la prevención y la gestión administrativa de los servicios de salud, pero sin manejar directamente los recursos financieros del sistema. Para ello, las EPS contarán con un plazo de dos años para adaptarse a la nueva normativa, cumpliendo requisitos establecidos por el Ministerio de Salud y la Superintendencia Nacional de Salud, incluyendo la presentación de un plan de saneamiento de pasivos.

En cuanto a los afiliados, la reforma establece que ya no será necesario afiliarse a una EPS o a una Gestora de Salud y Vida. En su lugar, los ciudadanos serán adscritos a los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) más cercanos a su residencia, aunque tendrán la opción de elegir otro centro si lo desean. Este modelo busca garantizar una atención más accesible y eliminar la intermediación administrativa.

El financiamiento del sistema también experimentará cambios importantes. La Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) asumirá el control total de los fondos, actuando como un banco público que pagará directamente a clínicas y hospitales. Con esta medida, se busca eliminar la intermediación financiera de las EPS, señalada como una de las principales causas de retrasos en pagos a las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) y al personal médico, lo que ha afectado la continuidad y calidad de la atención.

A pesar de los avances en cobertura, el sistema de salud colombiano enfrenta desafíos como el acceso desigual en zonas rurales, la falta de liquidez en muchas IPS y los problemas derivados de la intermediación financiera. La reforma plantea soluciones estructurales a estos problemas, pero su éxito dependerá de la capacidad del sistema público para asumir las nuevas funciones, la transparencia en la gestión de recursos y la implementación de mecanismos de seguimiento y evaluación que permitan realizar ajustes oportunos.

Finalmente, la reforma a la salud en Colombia representa un esfuerzo por mejorar la equidad y eficiencia en la atención médica. Sin embargo, su implementación implicará grandes retos operativos y administrativos, por lo que será clave la colaboración entre el gobierno, las instituciones de salud y la ciudadanía para garantizar que los cambios propuestos se traduzcan en beneficios reales para la población.

Escrito por: Daniel Díaz Ardila