Cultura

¡Qué complicada es la definición de cultura! Cientos de acepciones son apenas aproximaciones a su realidad significativa. El Diccionario de la Academia apenas dice que es el “conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. En otra acepción, dice que es el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”, sin que, quizás, la haya definido en toda su amplia dimensión, como sucede con tantos otros términos. El Diccionario político de Eduardo Haro Tecglen dice que cultura, en el sentido político, es la “reivindicación popular permanente”, que se acerca más a su extensión formal y práctica. Pero luego asegura que las clases poderosas tratan de conservarla para sí mismas y no dan al pueblo más que aquella que es imprescindible para su mayor rendimiento laboral. La cultura, no obstante, va más allá de esos y determinados juicios y se constituye en el instrumento fundamental para la construcción de una colectividad, que adquiere fuerza en la medida que fortalece su arsenal cultural.

Dos palabras se atraviesan en los significados de cultura, casi siempre en plural: conocimientos y costumbres. Con lo cual se pueden precisar algunos de los atributos que le dan hondo alcance a su función y con ellos se conocen sus implicaciones en el desarrollo de la sociedad. No solo como un instrumento que forja la ciudadanía y el sentido de pertenencia a una comunidad, sino como el instrumento que fortalece la democracia y la participación de todos en la construcción de la nacionalidad. La cultura estimula los procesos participativos porque ellos surgen y son creación de la comunidad en todos sus espacios. La cultura, en general, promueve el aporte de nuevas ideas y forja el respeto por la tradición en cuanto ella dignifique y fortaleza la esencia humana, o combate aquellas posturas que destruyeron -o destruyen- el atributo humano de una colectividad.

Jacinto Benavente, el afamado escritor español, premio Nobel de Literatura, decía que “La cultura es la buena educación del entendimiento”. Sin duda, porque esta fortalece la capacidad creadora y concita la mesura frente al otro. Uno de los entrevistados decía también que la cultura “son los valores, bailes, vestimentas, prácticas de un grupo de personas”. Spencer aseguraba que “La cultura del espíritu acrecienta los sentimientos de dignidad e independencia”. Sin embargo, no todo está dicho.

Por: Luis Fernando García Núñez